Los cuentos clásicos son como son y los conocemos todos desde pequeños, ¿verdad?
Sabemos cómo empiezan y cómo terminan, pero también sabemos que un pequeño cambio en la historia puede cambiarlo todo.
CAPERUCITA ROJA: CAPERUCITA FEROZ Y EL LOBO FELIZ
¿Por qué nos han hecho pensar que el lobo se quiere comer a Caperucita Roja? Ella llevaba comida en la cesta para su abuelita, así que aunque el lobo tuviera hambre, se podía haber conformado con eso.
Imaginemos que es así, que Caperucita le da comida de su cesta, y que el lobo está agradecido por ello.¿Qué hubiera pasado si Caperucita Roja y el lobo se hacen amigos inseparables?
Por otro lado, ¿quién nos asegura que el leñador es el bueno y salvador de la historia? Un hombre corriendo con un hacha por el bosque no es una imagen que inspire demasiada confianza… menos mal que está el lobo para ayudarla.

BLANCANIEVES: EL PRÍNCIPE SE COME LA MANZANA
¿Y si Blancanieves le hubiera dado la manzana envenenada al príncipe? ¿Quién nos asegura que Blancanieves querría casarse con un desconocido por muy príncipe que este sea?
Tal vez la manzana estaba envenenada, aunque no queda claro que lo hubiera hecho su madrastra, que en realidad no es malvada, es como una madre para ella. Y desde luego no quiere que su hija se case con el primer capullo que se lo pida, lo que quiere es que Blancanieves crezca feliz y pueda ser libre e independiente para tomar sus propias decisiones y casarse (o no) con quien ella quiera.

Los cuentos clásicos son cuentos «de toda la vida», pero la vida evoluciona. Estas historias pueden y deben ser reinterpretados para que se adapten a la actualidad.
Ilustraciones realizadas en papel grueso con acuarela y contornos en tinta negra. Colores lisos en los personajes delos primeros planos, y más difusos en los fondos.
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